El domingo, 23 de febrero realizamos la I ruta turístico – gastronómica del Dpto. de Turismo & Eventos de Iniciativas el Gigante, s.l.
Fue todo un éxito. A las 12:30 h nos encontrábamos en la Plaza del Albergue de Coy para dar comienzo a la visita turística. Juani, la conserje del Albergue nos hizo de guía dentro del Centro de Interpretación.
Nos contó la historia de la casa, que la edificaron en el S. XVIII y que pertenecía a la familia Salazar-Rosso, los mismo propietarios de la Casa de los Salazar-Rosso de Lorca (hoy sede del Museo Arqueológico Municipal); y pensé yo ¡qué coincidencia, que la que fuera casa de campo de los Salazar-Rosso hoy sea el Museo Arqueológico de Lorca!, ¿sabéis porqué?; bien, en Coy se encuentran yacimientos arqueológicos de incalculable valor (si le echáis un vistazo al post anterior de COY, Pedanía Alta de Lorca (Murcia) lo entenderéis). Se encontró el León de Coy hoy en el Museo Arqueológico de Murcia, el Mercurio dios romano de gran valor, el yacimiento argárico del Cerro de las Viñas, entre otros.
Después pasamos a la sala de la historia, donde había réplicas (no a tamaño real) de las piezas más importantes (os he citado algunas de ellas arriba). A continuación vimos la bodega, pero solo la zona de tinajas; impresionantes, enormes de grandes, enterradas en el suelo; la otra zona de bodega está en mal estado y por eso no pudimos visitarla. Y ya para terminar vimos la sala dedicada a la artesanía textil, donde Gregorio (nuestro anfitrión en Coy) nos hizo una demostración práctica, poniéndose a los mandos del telar.
La siguiente parada fue la bodega de Fausto, según nos contaron antaño el pueblo estaba lleno de bodegas artesanales y fábricas de jarapas, pero la crisis ha hecho mella y la de Fausto es la única bodega que queda en funcionamiento en Coy. ¡Qué rico estaba el vino que nos dio a probar!. Nos encontramos a Fausto saliendo de misa e hicimos el recorrido desde la Iglesia de San José hasta la bodega juntos. Bodega que está en el centro del pueblo. Nos sorprendió cuando al abrir la puerta de la bodega, nos ofreció sin mediar palabra unas copas de su vino. Todos los asistentes estábamos sorprendidos de lo bueno que estaba y alguno de nosotros se llevó una garrafa. Nos estuvo explicando en qué consiste su trabajo y la distribución de la bodega. Es muy chica, pero suficiente. Algunos valientes se atrevieron a bajar las escaleras hasta la zona de tinajas.
Ya era la hora del aperitivo (13:30h) , y como íbamos con bebés decidimos hacer una parada en el Bar de Jesús, allí las cervezas, vinos, aceitunas y la comida de los más pequeños nos ayudaron a recuperar fuerzas.
Me sorprendió ver que los 4 bares que tiene el pueblo estaban llenos de gente, no solo de gente de Coy, sino gente de otros lugares que acostumbran a ir de unas pedanías a otras.
Y a las 14:15 nos marchamos al Bar de Vicente, donde teníamos reservada mesa para comer. Los mayores y los niños nos sentamos a una mesa preparada con mucho esmero, y enseguidas empezaron a servirnos vino de la tierra (diferente del de Fausto) este vino era de color rosado, supuestamente era vino tinto, muy rico para la hora de comer, de fácil beber. Aunque otros optaron por la cerveza fresquita.
Nos agasajaron con barcos con aperitivos, embutidos artesanos, setas a la plancha, pulpo (nos reíamos diciendo que era pulpo criado en la Playa de Coy), y por fin lo más esperado, dos viandas enormes repletas de comida, eran dos asados, uno de pollo que estaba exquisito, pero sin duda alguna el que hacía que se te saltaran las lágrimas cuando te lo metías en la boca era el de cordero. No sé como estaba cocinado, según dijeron en horno de leña hecho a fuego muy, pero que muy lento. Y para rematar el surtido de postres caseros, flan, natillas, profiteroles, etc.. y por supuesto jarras de licor de la tierra.
Lo mejor de todo es que fue una experiencia vivida en familia, éramos un grupo de lo más heterogéneo, parejas sin niños, otras con dos niños (bebés y no tan bebés), niños y niñas y todos disfrutamos, todos supimos sacar el lado positivo de ese día de convivencia.
Y para terminar y bajar la copiosa comida nos dimos un paseo hasta la Playa de Coy, donde pudimos ver cangrejos de río; y en el camino nos encontramos con una fábrica moderna de jarapas y el dueño, muy amable nos invitó a entrar y ver todo el proceso con la maquinaria moderna.
Una experiencia para repetir!!!
Os invitamos a que veáis todas las imágenes de la Ruta Turística: http://flic.kr/s/aHsjTdCLYZ
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1 Comment
Francisco Jesus Salina mendoza.
Hola! Es uno de los mejores trabajos que visto sobre Coy.
Un saludo, F○ Jesus Salinas.